viernes, 16 de marzo de 2007

Alejandra Pizarnik


mis manos crecían con música
detrás de las flores

pero ahora
por qué te busco noche,
por qué duermo con tus muertos
.
Pero sucede que oigo a la noche llorar en mis huesos.
Su lágrima inmensa delira
y grita que algo se fue para siempre.

Alguna vez volveremos a ser.
.
y su perfume
a pájaro acariciado.
.
Como el viento sin alas encerrado en mis ojos
es la llamada de la muerte.
Dónde el ángel,
dónde su palabra.
.
He aquí lo difícil: caminar por las calles y señalar el cielo o la tierra .

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