lunes, 2 de abril de 2007

Stephen Crane


En el desierto vi una criatura, desnudo, bestial, quien, agazapado sobre el suelo, sostenía su corazón en las manos, y comía de él. Dije: -¿Está bueno, amigo?- -Está amargo-amargo, - contestó; -pero me gusta porque es amargo y porque es mi corazón.

1 comentario:

Mariposa dijo...

Cgulada de texto... =) no cabe duda.