domingo, 6 de abril de 2008

Ch.B.






Oigo incluso cómo ríen
las montañas
arriba y abajo de sus azules laderas
y abajo en el agua
los peces lloran
y toda el agua son sus lágrimas.
oigo el agua
las noches que consumo bebiendo
y la tristeza se hace tan grande
que la oigo en mi reloj
se vuelve pomos en la cómoda
se vuelve papel sobre el suelo
se vuelve calzador
ticket de lavandería

se vuelve

humo de cigarrillo

escalando un templo de oscuras enredaderas...

poco importa

poco amor

o poca vida

no es tan malo


lo que cuenta

es observar las paredes

yo nací para eso

nací para robar rosas de las avenidas de la muerte.










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