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F.G.L.
Pero el ruiseñor
lloraba sus heridas
alrededor.
Y yo también
porque cayó
una hoja
y dos
y tres.
Y una cabeza de cristal
y un violín de papel
y la nieve podría con el mundo
si la nieve durmiera un mes,
y las ramas luchaban
con el mundo
una a una,
dos a dos,
y tres a tres.
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