viernes, 2 de mayo de 2008
Ch.G.
Tengo los muertos todos aquí
¿quién quiere que se los muestre?
Unos hincados, otros de pie
todos muertos para siempre.
Elija usted en cual de todas ellas se puso a pensar.
Tengo los llantos todos aquí
como una llovizna fría.
¿Cuál es la mueca que elegirá
la de su espejo, la mía?
Elija usted en cuál de éstas muertes se puso a llorar.
Yo crecí con sonrisas de casa
cielos claros y verde el jardín
¿y qué estoy haciendo
acá en esta calle con hambre?
¿Cuántas veces tendré que morir para ser siempre yo?
Y no ese que duerme tranquilo
después de asesinar sin saber
y ríe en su casa con el cuerpo
limpio de muerte,
sólo con su propia muerte
pequeña, trivial
en su espalda.
Bailen las viudas,
vuelen los velos negros al infinito,
caigan las balas sanas aquí
que las otras se hagan grito.
Algo anda mal señor ¿qué es eso rojo en su pantalón?
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