Nunca te vi llorar
Nunca te vi llorar.
Ahora que lo pienso,
nunca.
¿Qué muralla levantaste
al final de la playa
para que la marea
jamás lleguea la vereda?
¿Qué pobre ventaja conseguís
andando por la vida
torciéndoles los brazos a las hadas,
apretando los dientes?
Es cierto,
alguna vez dijiste
que un día
decidiste
que ya nada te haría daño.
Le deseo a tu engaño
que
se
d
e
s
m
o
r
o
n
e
.
Pronto.
lunes, 7 de julio de 2008
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