--Pues sí señor, todos sus caballos y todos sus hombres --continuó impertérrito
--Me temo que ya no recuerdo exactamente de qué se trataba --señaló Alicia, muy
--En ese caso, cortemos por lo sano y a empezar de nuevo --zanjó la cuestión
Alicia hizo un pequeño cálculo y contestó: --Siete años y seis meses.
--¡Te equivocaste! --exclamó Humpty Dumpty, muy ufano. --¡Nunca me dijiste
--Pensé que lo que usted quería preguntarme era más bien «¿qué edad tiene?» --
--Si hubiera querido decir eso, lo habría dicho --replicó Humpty Dumpty.
Alicia no quiso ponerse a discutir de nuevo, de forma que no respondió nada.
--Siete años y seis meses... --repetía Humpty Dumpty, cavilando. --Una edad
--Nunca se me ha ocurrido pedir consejos sobre la manera de crecer --respondió
--¿Demasiado orgullosa, eh? --se interesó el otro.
Alicia se sintió aún más ofendida por esta insinuación.
--Quiero decir --replicó-- que una no puede evitar el ir haciéndose más vieja.
--Puede que una no pueda --le respondió Humpty Dumpty --pero dos, ya
--¡Qué hermoso cinturón tiene usted! --observo Alicia súbitamente (pues pensó
Evidentemente, Humpty Dumpty estaba enfadadísimo, aunque no dijo nada
--¡Es... el colmo... del fastidio --pudo decir al fin-- esto de que la gente no sepa
--Sé que revela una gran ignorancia por mi parte --confesó Alicia con un tono
--Es una corbata, niña; y bien bonita que es, como tu bien has dicho. Es un regalo
--¿De veras? --dijo Alicia encantada de ver que había escogido después de todo
un buen tema.
--Me la dieron --continuó diciendo Humpty Dumpty con mucha prosopopeya,
--¿Perdón? --le preguntó Alicia con un aire muy intrigado.
--No estoy ofendido --le aseguró Humpty Dumpty.
--Quiero decir que, ¿qué es un regalo de incumpleaños?
--Pues un regalo que se hace en un día que no es de cumpleaños, naturalmente.
Alicia se quedó considerando la idea un poco, pero al fin dijo: --Prefiero los
--¡No sabes lo que estás diciendo! --gritó Humpty Dumpty--. --A ver: ¿cuántos
días tiene el año?
--Trescientos sesenta y cinco --respondió Alicia.
--¿Y cuántos días de cumpleaños tienes tú?
--Uno.
--Bueno, pues si le restas uno a esos trescientos sesenta y cinco días, ¿cuántos te
--Trescientos seseta y cuatro, naturalmente.
Humpty Dumty no parecía estar muy convencido de este cálculo.
--Me
Alicia no pudo meos de sonreír mientras sacaba su cuaderno de notas y
365
-1
-----
364
Humpty Dumpty tomó el cuaderno y lo consideró con atención.
--Sí, me parece
--Pero, ¡si lo está leyendo al revés! --interrumpió Alicia.
--¡Anda! Pues es verdad, ¿quién lo habría dicho? --admitió Humpty Dumpty
--Desde luego --asintió Alicia.
--¡Y sólo uno para regalos de cumpleaños! Ya ves. ¡Te has cubierto de gloria!
--No sé qué es lo que quiere decir con eso de la «gloria» --observó Alicia.
Humpty Dumpty sonrió despectivamente.
--Pues claro que no..., y no lo sabrás hasta que te lo diga yo. Quiere decir que
--Pero «gloria» no significa «un argumento que deja bien aplastado» --objetó
--Cuando yo uso una palabra --insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más
--La cuestión --insistió Alicia-- es si se puede hacer que las palabras signifiquen
--La cuestión --zanjó Humpty Dumpty-- es saber quién es el que manda..., eso
Alicia se quedó demasiado desconcertada con todo esto para decir nada; de
--
--¿Querría decirme, por favor --rogó Alicia-- qué es lo que quiere decir eso?
--Ahora sí que estás hablando como una niña sensata --aprobó Humpty
--¡Pues no es poco significado para una sola palabra! --comentó pensativamente
--Cuando hago que una palabra trabaje tanto como esa-- explicó Humpty Dumpty--
--¡Oh! Dijo Alicia.
Estaba demasiado desconcertada con todo esto como para
--¡Ah, deberías de verla cuando vienen a mi alrededor los sábados por la
--A por su paga, ya sabes...
(Alicia no se atrevió a preguntarle con qué las pagaba, de forma que menos
--Parece usted muy ducho en esto de explicar lo que quieren decir las palabras,
--A ver, oigámoslo --aceptó Humpty Dumpty-- soy capaz de explicar el
Esta declaración parecía ciertamente prometedora, de forma que Alicia recitó la
Brillaba, brumeando negro, el sol,
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas,
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiflaba.
--Con eso basta para empezar-- interrumpió Humpty Dumpty-- que ya tenemos
--Eso me parece muy bien --aprobó Alicia-- pero, ¿y lo de los «agilisco- sos»?
--Bueno, verás: «agiliscosos» quiere decir «ágil y viscoso», ¿comprendes? es
--Ahora lo comprendo --asintió Alicia, pensativamente. --Y, ¿qué son los
- Bueno, los «limazones» son un poco como los tejones..., pero también se
--Han de ser unas criaturas de apariencia muy curiosa.
--Eso sí, desde luego --concedió Humpty Dumpty-- también hay que señalar que
--Y, ¿qué es «giroscar» y «banerrar»?--
--Pues «giroscar» es dar vueltas y más vueltas, como un giroscopio; y
--Y la «vápara», ¿será el césped que siempre hay alrededor de los relojes de sol,
--¡Pues claro que sí! Como sabes, se llama «vápara» porque el césped ese va
--Y va para cada lado un buen trecho también --añadió Alicia.
--Exactamente, así es. Bueno, los «borogobios» son una especie de pájaros
--¿Y el «momio» ese que «murgiflaba rantas»? --preguntó Alicia. --Me parece
--Bueno, las «rantas» son una especie de cerdo verde; pero respecto a los
--Y entonces, ¿qué quiere decir eso de que «murgiflaban»?
--Bueno, «murgiflar» es algo así como un aullar y un silbar a la vez, con una
--Lo he leído en un libro --explicó Alicia. --Pero también me han recitado otros
--¡Ah! En cuanto a poemas --dijo Humpty Dumpty, extendiendo elocuentemente
--¡Oh, no es necesario que se tate de eso! --se apresuró a atajarle Alicia, con la
--El poema que voy a recitar --continuó sin hacerle el menor caso-- fue escrito
A Alicia le pareció que en tal caso no tenía más remedio que escuchar; de forma
En invierno,
cuando los campos están blancos,
canto esta canción en tu loor.
--Sólo que no la canto --añadió a modo de explicación.
--Ya veo que no --dijo Alicia.
--Si tu puedes ver si la estoy cantando o no, tienes más vista que la mayor parte
En primavera,
cuando verdean los bosques,
me esforzaré por decirte lo que pienso
--Muchísimas gracias --dijo Alicia.
En verano,
cuando los días son largos
a lo mejor llegues a comprenderla.
cuando las frondas lucen castañas,
tomarás pluma y papel para anotarla.
--Lo haré si aún me acuerdo de la letra después de tanto tiempo --prometió
--No es necesario que hagas esos comentarios a cada cosa que digo --recriminó
Humpty Dumpty-- no tienen ningún sentido y me hacen perder el hilo...
Mándeles a los peces un recado:
«¡Qué lo hicieran ya de una vez!»
Los pequeños pescaditos de la mar
mandáronme una respuesta a la par.
Los pequeños pescaditos me decían:
«No podemos hacerlo, señor nuestro, porque...»
--Me temo que no estoy comprendiendo nada --interrumpió Alicia.
--Se hace más fácil más adelante --aseguró Humpty Dumpty.
Otra vez les mandé decir:
«¡Será mejor que obedezcáis!»
«Vaya genio tienes hoy», me contestaron.
Se lo dije una vez y se lo dije otra vez.
Pero nada, no atendían a ninguna de mis razones.
Tomé una caldera grande y nueva,
que era justo lo que necesitaba.
La llené de agua junto al pozo
Entonces, acercándoseme me dijo alguien:
«Ya están los pescaditos en la cama».
Le respondí con voz bien clara:
«¡Pues a despertarlos dicho sea!»
Se lo dije bien fuerte y alto;
fui y se lo grité al oído...
Humpty Dumpty elevó la voz hasta aullar casi y Alicia pensó con un ligero
Pero, ¡qué tipo más vano y engolado!
Me dijo: «¡No hace falta hablar tan alto!»
¡Si que era necio el badulaque!
«Iré a despertarlos» dijo «siempre que...»
Con un sacacorchos que tomé del estante
fui a despertarlos yo mismo al instante.
Cuando me encontré con la puerta atrancada,
tiré y empujé, a patadas y a puñadas.
Pero al ver que la puerta estaba cerrada
intenté luego probar la aldaba...
A esto siguió una larga pausa.
--¿Eso es todo? --preguntó tímidamente Alicia.
--Eso es todo --dijo Humpty Dumpty. --¡Adiós!
Esto le pareció a Alicia un tanto brusco; pero después de una indirecta tan
martes, 19 de agosto de 2008
L.C.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario