No importa que la flecha no alcance el blanco
Mejor así
No capturar ninguna presa
No hacerle daño a nadie
pues lo importante
es el vuelo la trayectoria el impulso
el tramo de aire recorrido en su ascenso
la oscuridad que desaloja al clavarse
vibrante
en la extensión de la nada
lunes, 18 de junio de 2012
viernes, 15 de junio de 2012
J.C.
El poeta propone su epitafio
Por haber mentido mucho ganó un cielo
mezquino, a rehacer todos los días.
Por ser traidor hasta con la traición, lo amaban
las gentes honorables.
Exigía virtudes que no daba
Y sonreía para que olvidaran.
no vivió. Lo vivían, un cuerpo despiadado
y una perra sedienta, Inteligencia.
Por no creer más que en lo bello, fue
basura entre basuras,
pero miraba todavía el cielo.
Está muerto, por suerte. Ya andará
algún otro como él.
J.C.
El caballo relincha, el perro ladra,
La suma de los ángulos de un triángulo
Es igual a dos rectos,
La sopa, la conciencia, el alcaucil, después
Del dos el tres, después del hoy, mañana,
Casi nadie lo sacará de sus casillas.
Casi nadie ni nada, porque
¿Cómo tomar en serio esos latidos
En que el sueño es acceso, esas miradas
De insoportable lucidez en un tranvía,
Eso que ahora dice: Huye,
Pero al final, al fin y al cabo, no era más
Que un gajo de naranja
Reventando en la boca?
¿Cómo tomar en serio que una puerta
Dé a la tristeza cuando el arquitecto
La abre al pasillo, que unos senos
Dibujen paralelos sus jardines
Cuando es la hora de ir a la oficina?
Imposible negar las evidencias
Dice el doctor y dice bien, inútil
Sacar de sus casillas al honesto almanaque,
San Rulfo, Santa Tecla, San Fermín,
La Asunción,
El caballo relincha, el perro ladra,
Casi nadie le ofrece en una esquina
Un pedacito suelto de bicicleta o trompo,
Casi nunca es verano en pleno invierno
Por razones de estricta pulimentada lógica,
Hay que ser lo que es o no ser nada, y nada
Lo sacará de sus casillas, nadie
Lo sacará, y si un caballo ladra
No lo sabremos nunca, porque
Los caballos no ladran.
Bastaría un apenas, un no quiero,
Para empezar de otra manera el día,
Hervir la radio con las papas
Y a cada chico darle un cocodrilo
Para que huela a miedo en las escuelas,
Sacar los muertos a que tomen aire,
Meter las mitras en la mayonesa,
Actividades subversivas, claro,
Pero otras cosas hay: fusiles
Corren por las picadas, Sudamérica
Crece en su selva hacia la aurora,
De tanto arroz bañado en sangre
Nacerá otra manera de ser hombre.
No cito más que apenas estas cosas,
saco de sus casillas a unos cuantos
que todavía creen en la poesía
encasillada en su vocabulario
lleno de compromisos con lo abstracto.
(La suma de los ángulos de un triángulo).
((Los caballos no ladran)).
(((Dice el doctor, y dice bien))).
La suma de los ángulos de un triángulo
Es igual a dos rectos,
La sopa, la conciencia, el alcaucil, después
Del dos el tres, después del hoy, mañana,
Casi nadie lo sacará de sus casillas.
Casi nadie ni nada, porque
¿Cómo tomar en serio esos latidos
En que el sueño es acceso, esas miradas
De insoportable lucidez en un tranvía,
Eso que ahora dice: Huye,
Pero al final, al fin y al cabo, no era más
Que un gajo de naranja
Reventando en la boca?
¿Cómo tomar en serio que una puerta
Dé a la tristeza cuando el arquitecto
La abre al pasillo, que unos senos
Dibujen paralelos sus jardines
Cuando es la hora de ir a la oficina?
Imposible negar las evidencias
Dice el doctor y dice bien, inútil
Sacar de sus casillas al honesto almanaque,
San Rulfo, Santa Tecla, San Fermín,
La Asunción,
El caballo relincha, el perro ladra,
Casi nadie le ofrece en una esquina
Un pedacito suelto de bicicleta o trompo,
Casi nunca es verano en pleno invierno
Por razones de estricta pulimentada lógica,
Hay que ser lo que es o no ser nada, y nada
Lo sacará de sus casillas, nadie
Lo sacará, y si un caballo ladra
No lo sabremos nunca, porque
Los caballos no ladran.
Bastaría un apenas, un no quiero,
Para empezar de otra manera el día,
Hervir la radio con las papas
Y a cada chico darle un cocodrilo
Para que huela a miedo en las escuelas,
Sacar los muertos a que tomen aire,
Meter las mitras en la mayonesa,
Actividades subversivas, claro,
Pero otras cosas hay: fusiles
Corren por las picadas, Sudamérica
Crece en su selva hacia la aurora,
De tanto arroz bañado en sangre
Nacerá otra manera de ser hombre.
No cito más que apenas estas cosas,
saco de sus casillas a unos cuantos
que todavía creen en la poesía
encasillada en su vocabulario
lleno de compromisos con lo abstracto.
(La suma de los ángulos de un triángulo).
((Los caballos no ladran)).
(((Dice el doctor, y dice bien))).
martes, 12 de junio de 2012
R.G.T.
A los veteranos del circo
¡Frank Brown estás viejo!
¡Frank Brown tan arrugado!
Yo siento por ti la maldad del espejo.
¡Maldito maquillaje! ¡Ese carmín está pasado!
Frank Brown eres un fuelle demasiado gastado,
un juguete que ha caducado.
Mira si yo pudiera suplantarte,
llenara el Hippodrome con mis ágiles muecas
-y con Shimmys y tangos y zamacuecas-
-al mismo tiempo haciendo por imitarte-
para hacer reír a un niño, que es tan noble misión,
haría de mi alma una matraca,
de mi entusiasmo una faca,
de mi poeta un clown,
y una serpentina de mi corazón.
Frank Brown.
Duende de Buenos Aires y dueño de las risas de mi
generación.
Yo que he probado tus chocolatines
y que te he visto por los trapecios y los trampolines
dibujando desafíos pirotécnicos
carcajadas elásticas
y pirueteos técnicos.
¡Frank Brown tan arrugado!
Yo siento por ti la maldad del espejo.
¡Maldito maquillaje! ¡Ese carmín está pasado!
Frank Brown eres un fuelle demasiado gastado,
un juguete que ha caducado.
Mira si yo pudiera suplantarte,
llenara el Hippodrome con mis ágiles muecas
-y con Shimmys y tangos y zamacuecas-
-al mismo tiempo haciendo por imitarte-
para hacer reír a un niño, que es tan noble misión,
haría de mi alma una matraca,
de mi entusiasmo una faca,
de mi poeta un clown,
y una serpentina de mi corazón.
Frank Brown.
Duende de Buenos Aires y dueño de las risas de mi
generación.
Yo que he probado tus chocolatines
y que te he visto por los trapecios y los trampolines
dibujando desafíos pirotécnicos
carcajadas elásticas
y pirueteos técnicos.
Rey de las Cabriolas fantásticas,
yo te digo que has sido mi Padre-nuestro,
mi mejor libro y mejor maestro
y clown
de mis primeras emociones plásticas.
Frank Brown, mi querido gnomo Frank Brown.
-¡Salud, domadores! ¡Qué tal bailarinas! ¡Adiós Tony!
yo te digo que has sido mi Padre-nuestro,
mi mejor libro y mejor maestro
y clown
de mis primeras emociones plásticas.
Frank Brown, mi querido gnomo Frank Brown.
-¡Salud, domadores! ¡Qué tal bailarinas! ¡Adiós Tony!
El circo es el mayor espectáculo.
La sangre del circo es el Old Tom Gin.
Yo quisiera tener en un circo un cenáculo
ambulante como John o como Anthony.
¡Viva la malla! ¡Viva el trompo! ¡Viva el carmín!
¡Viva el Old Tom Gin!
y la cabaña del Tío Tom
y la gloriosa vejez de San Frank Brown
mi maestro y clown.
La sangre del circo es el Old Tom Gin.
Yo quisiera tener en un circo un cenáculo
ambulante como John o como Anthony.
¡Viva la malla! ¡Viva el trompo! ¡Viva el carmín!
¡Viva el Old Tom Gin!
y la cabaña del Tío Tom
y la gloriosa vejez de San Frank Brown
mi maestro y clown.
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