lunes, 18 de junio de 2012

J.E.P.

         No importa que la flecha no alcance el blanco
Mejor así
         No capturar ninguna presa
         No hacerle daño a nadie
pues lo importante
es el vuelo         la trayectoria          el impulso
         el tramo de aire recorrido en su ascenso
         la oscuridad que desaloja al clavarse
vibrante
         en la extensión de la nada

viernes, 15 de junio de 2012

J.C.


El poeta propone su epitafio
 

Por haber mentido mucho ganó un cielo 
mezquino, a rehacer todos los días. 
Por ser traidor hasta con la traición, lo amaban 
las gentes honorables. 
Exigía virtudes que no daba 
Y sonreía para que olvidaran. 
no vivió. Lo vivían, un cuerpo despiadado 
y una perra sedienta, Inteligencia. 
Por no creer más que en lo bello, fue 
basura entre basuras, 
pero miraba todavía el cielo. 
Está muerto, por suerte. Ya andará 
algún otro como él.

J.C.

El caballo relincha, el perro ladra, 
La suma de los ángulos de un triángulo 
Es igual a dos rectos, 
La sopa, la conciencia, el alcaucil, después 
Del dos el tres, después del hoy, mañana, 
Casi nadie lo sacará de sus casillas. 
Casi nadie ni nada, porque 
¿Cómo tomar en serio esos latidos 
En que el sueño es acceso, esas miradas 
De insoportable lucidez en un tranvía, 
Eso que ahora dice: Huye, 
Pero al final, al fin y al cabo, no era más 
Que un gajo de naranja 
Reventando en la boca? 
¿Cómo tomar en serio que una puerta 
Dé a la tristeza cuando el arquitecto 
La abre al pasillo, que unos senos 
Dibujen paralelos sus jardines 
Cuando es la hora de ir a la oficina? 
Imposible negar las evidencias 
Dice el doctor y dice bien, inútil 
Sacar de sus casillas al honesto almanaque, 
San Rulfo, Santa Tecla, San Fermín, 
La Asunción, 
El caballo relincha, el perro ladra, 
Casi nadie le ofrece en una esquina 
Un pedacito suelto de bicicleta o trompo, 
Casi nunca es verano en pleno invierno 
Por razones de estricta pulimentada lógica, 
Hay que ser lo que es o no ser nada, y nada 
Lo sacará de sus casillas, nadie 
Lo sacará, y si un caballo ladra 
No lo sabremos nunca, porque 
Los caballos no ladran. 
Bastaría un apenas, un no quiero, 
Para empezar de otra manera el día, 
Hervir la radio con las papas 
Y a cada chico darle un cocodrilo 
Para que huela a miedo en las escuelas, 
Sacar los muertos a que tomen aire, 
Meter las mitras en la mayonesa, 
Actividades subversivas, claro, 
Pero otras cosas hay: fusiles 
Corren por las picadas, Sudamérica 
Crece en su selva hacia la aurora, 
De tanto arroz bañado en sangre 
Nacerá otra manera de ser hombre. 
No cito más que apenas estas cosas, 
saco de sus casillas a unos cuantos 
que todavía creen en la poesía 
encasillada en su vocabulario 
lleno de compromisos con lo abstracto. 
(La suma de los ángulos de un triángulo). 
((Los caballos no ladran)). 
(((Dice el doctor, y dice bien))).

martes, 12 de junio de 2012

R.G.T.


A los veteranos del circo
¡Frank Brown estás viejo!
¡Frank Brown tan arrugado!
Yo siento por ti la maldad del espejo.
¡Maldito maquillaje! ¡Ese carmín está pasado!
Frank Brown eres un fuelle demasiado gastado,
un juguete que ha caducado.
Mira si yo pudiera suplantarte,
llenara el Hippodrome con mis ágiles muecas
-y con Shimmys y tangos y zamacuecas-
-al mismo tiempo haciendo por imitarte-
para hacer reír a un niño, que es tan noble misión,
haría de mi alma una matraca,
de mi entusiasmo una faca,
de mi poeta un clown,
y una serpentina de mi corazón.
Frank Brown.
Duende de Buenos Aires y dueño de las risas de mi
generación.
Yo que he probado tus chocolatines
y que te he visto por los trapecios y los trampolines
dibujando desafíos pirotécnicos
carcajadas elásticas
y pirueteos técnicos.
Rey de las Cabriolas fantásticas,
yo te digo que has sido mi Padre-nuestro,
mi mejor libro y mejor maestro
y clown
de mis primeras emociones plásticas.
Frank Brown, mi querido gnomo Frank Brown.
-¡Salud, domadores! ¡Qué tal bailarinas! ¡Adiós Tony!
El circo es el mayor espectáculo.
La sangre del circo es el Old Tom Gin.
Yo quisiera tener en un circo un cenáculo
ambulante como John o como Anthony.
¡Viva la malla! ¡Viva el trompo! ¡Viva el carmín!
¡Viva el Old Tom Gin!
y la cabaña del Tío Tom
y la gloriosa vejez de San Frank Brown
mi maestro y clown.