viernes, 20 de junio de 2008

J.C.


Para leer a dos voces,
imposiblemente por supuesto.

No es tanto que ya no sepamos
Sí, sobre todo eso, no encontrar
Pero acaso lo hemos buscado desde el día en que
Tal vez no, y sin embargo cada mañana que
Puro engaño, llega el momento en que uno se mira como
Quién sabe, yo todavía
No basta con quererlo, si además no hay la prueba de
Ves, de nada vale esa seguridad que
Cierto, ahora cada uno exige una evidencia frente a
Como si besarse fuera firmar un descargo, como si mirarse
Debajo de la ropa ya no espera esa piel que
No es lo peor, pienso a veces; hay lo otro, las palabras cuando
O el silencio, que entonces valía como
Sabíamos abrir la ventana apenas
Y esa manera de dar vuelta la almohada buscando
Como un lenguaje de perfumes húmedos que
Gritabas y gritabas mientras yo
Caíamos en una misma enceguecida avalancha hasta
Yo esperaba escuchar eso que siempre
Y jugar a dormirse entre nudos de sábanas y a veces
Si habremos insultado entre caricias el despertador que
Pero era dulce levantarse y competir por la
Y el primero, empapado, dueño de la toalla seca
El café y las tostadas, la lista de compras, y eso
Todo sigue lo mismo, se diría que
Exactamente igual, sólo que en vez
Como querer contar un sueño que después de
Pasar el lápiz sobre una silueta, repetir de memoria algo tan
Sabiendo al mismo tiempo cómo
Oh sí, pero esperando casi un encuentro con
Un poco más de mermelada y de
Gracias, no tengo

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