tu corazón
¿va a sanar?
martes, 12 de enero de 2010
viernes, 1 de enero de 2010
miércoles, 23 de diciembre de 2009
R.M.R.

Señor: es hora. Largo fue el verano.
Pon tu sombra en los relojes solares,
y suelta los vientos por las llanuras.
Haz que sazonen los últimos frutos;
concédeles dos días más del sur,
úrgeles a su madurez y mete
en el vino espeso el postrer dulzor.
No hará casa el que ahora no la tiene,
el que ahora está solo lo estará siempre,
velará, leerá, escribirá largas cartas,
y deambulará por las avenidas,
inquieto como el rodar de las hojas.
domingo, 20 de diciembre de 2009
F.P.
lunes, 2 de noviembre de 2009
Ch.B.

¡Reloj!, dios siniestro, espantoso, impasible,
tu dedo nos amenaza y nos dice: "¡Acuérdate!"
de los vibrantes dolores en tu corazón lleno de terror,
pronto se clavarán como una flecha en el blanco;
el placer volátil huirá hacia el horizonte
igual que una sílfide al fondo de un bastidor,
cada instante te devora una parte del regocijo
concedido a cada hombre para toda su vida.
Tres mil seiscientas veces por hora, el Segundo
murmura: ¡Acuérdate! Rápido, con su voz
de insecto, dice Ahora: ¡Soy el Pasado,
y tragué tu vida con mi trompa inmunda!
Remember! ¡Acuérdate, ¡despilfarrador! Esto memor!
(Mi garganta de metal habla todas las lenguas.)
¡Los minutos, juguetón mortal, son gangas
que no hay que soltar sin sacarles el oro!
Recuerda que el tiempo es un jugador ávido
que gana sin trampas, ¡todas las partidas!, es la ley,
el día declina; la noche crece; ¡acuérdate!
siempre tiene sed el abismo; la clepsidra se vacía.
Pronto sonará la hora en que el divino Azar,
donde la Virtud augusta, tu esposa todavía virgen,
donde el mismísimo Arrepentimiento (¡oh, último refugio!),
donde todo te dirá: "¡Muere, viejo sucio!¡Ya es muy tarde!"
domingo, 1 de noviembre de 2009
martes, 27 de octubre de 2009
J.C.

Hic Et Nunc
La nobleza, las grandes palabras, que mal le van
a esta ternura sin mejillas que tocar,
a esta lengua sin labios que entender.
Envilece un amor así que rebota en las paredes del cuarto
o se va cayendo a pedazos de palabras, esto.
Es inútil la argucia y la esperanza,
somos la previsión,
los ojos y la boca orientados al viento. ¿Qué me vale
lo que fue, la suave crónica?
Siempre andaré buscándote en el hoy
de esta ciudad, de esta hora.
Si me doy vuelta, oh Lot, eres la sal
donde mi sed se hace pedazos.
Mira de qué sustancias vivo,
pero no me tengas lástima, yéndote así
todavía más.
domingo, 25 de octubre de 2009
sábado, 17 de octubre de 2009
H.

Tú no preguntes (saberlo es sacrílego) qué fin a mi, qué ha ti
nos han dado los dioses, Leucónoe,
y no ensayes cifras babilónicas.
¡Cuánto mejor es sufrir cualquier cosa que sea!,
tanto si Júpiter te ha otorgado numerosos inviernos,
como si es el último el que ahora atenúa las olas del mar Tirreno contra los escollos:
Sé sabia, filtra tus vinos y recorta una esperanza larga en un espacio breve.
Mientras hablamos habrá huído, aborrecido, el tiempo:
Atrapa el instante, en lo más mínimo te confíes al instante siguiente.
sábado, 3 de octubre de 2009
F.G.L.

Mi corazón oprimido
siente junto a la alborada
el dolor de sus amores
y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
semillero de nostalgias
y la tristeza sin ojos
de la médula del alma.
La gran tumba de la noche
su negro velo levanta
para ocultar con el día
la inmensa cumbre estrellada.
¡Qué haré yo sobre estos campos
cogiendo nidos y ramas,
rodeado de la aurora
y llena de noche el alma!
¡Qué haré si tienes tus ojos
muertos a las luces claras
y no ha de sentir mi carne
el calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre
en aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
como una estrella apagada.
martes, 22 de septiembre de 2009
sábado, 19 de septiembre de 2009
lunes, 14 de septiembre de 2009
J.L.B.

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche , que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor, y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
domingo, 6 de septiembre de 2009
martes, 1 de septiembre de 2009
martes, 25 de agosto de 2009
W.B.
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